Bonilla de la Sierra, es un municipio de la comarca de El Barco de Ávila-Piedrahíta, situado en el valle del Corneja, en las inmediaciones de la Sierra de Gredos.
Declarada Conjunto Histórico-Artístico, este pequeño pueblo conserva el trazado de su muralla, los restos del castillo y la imponente Colegiata de San Martín de Tours. Pero, además, la Villa cuenta con un bonita plaza medieval porticada donde asoman casas con soportales adintelados, arcos de medio punto y vigas de madera y el edificio del ayuntamiento, construido bajo el reinado de Carlos III, en el siglo XVIII. Las calles de la localidad son empedradas y muchos de sus edificios aún conservan sus escudos, dinteles de adornos célticos y arcos.
La localidad se encuentra cerca de otros lugares de interés como:
- Piedrahita (a 7 km.). Origen de la Casa de Alba, y donde en 1507 nació Fernando Álvarez de Toledo, el Gran Duque de Alba. Posteriormente, ya en el siglo XVIII, y gracias a la amistad que Goya tenía con la duquesa de Alba, el pintor pasaba en el palacio de la ilustre familia algunas temporadas. El perfil de la sierra se puede reconocer en algunos de sus cuadros como "La Vendimia".
- El Puerto de Peñanegra es muy conocido por ser un lugar idóneo para la práctica de deportes de vuelo libre como ala delta y parapente, habiendo acogido competiciones internacionales. Es un bonito espectáculo ver el cielo en los días en que están volando.
En la zona también se pueden practicar otros deportes como senderismo, rutas en bicicleta de montaña o a caballo, esquí, paintball, piragüismo, rafting, etc. Además, se encuentra cerca de otros lugares de interés como Barco de Ávila a 30 km., Candelario a 45 km., Valle del Jerte a 50 km., Ávila y La Peña de Francia a 60 km., Arenas de San Pedro, etc.
Ávila está a 50 Km. y Salamanca a sólo 70 km.
En cuanto a las fiestas del lugar la más tradicinal es la Procesión de los Negros. Tiene lugar el Jueves Santo a las doce de la noche y el Viernes Santo a las doce del mediodía. Son tres penitentes vestidos con túnica y capucha negra que salen de la iglesia y recorren el pueblo uno tras otro a una distancia de unos cien pasos y tocan diferentes instrumentos a un ritmo repetitivo: el primero lleva una campana, el segundo un tambor y el tercero un instrumento de viento. Hay pocos asistentes a la procesión y la gente la contempla con el recogimiento necesario.
